POETA Y ESQUIROL |
Héctor Santiesteban
Contrariamente a mis costumbres acudí a la
explanada del Palacio de Gobierno cuando el Gobernador actual, Marcos
Covarrubias, daba inicio a su gestión. Escuché con esperanza el discurso. Los
temas eran obligados y sensibles: mayor respeto a la ley, valores, legalidad,
seguridad, etc.
Por un tiempo había yo guardado encarecida la
esperanza de que habría un cambio con respecto al gobierno pasado, el de
Narciso Agúndez, que se había extraviado durante el último año y medio de
mandato y prodigaba impunidad e ilegalidad a manos llenas.
Lenta pero inexorablemente se me fueron
acabando el optimismo y las expectativas.
La universidad se había convertido, en vez de
un lugar de discusión de ideas, en un coto de poderes fácticos y valores
entendidos.
La colusión de diversas instancias: dirigentes
sindicales, estudiantiles y la permisividad timorata de varios trabajadores de
toda índole se hicieron habituales y recurrentes.
Despidos y amenazas han sido la marca
distintiva de esta administración. Un botón de muestra:
La semana pasada, a las pocas horas de que
salió un artículo mío publicado en esta casa informativa (“A ver cuándo” El Sudcaliforniano, Jueves 7 de marzo
de 2013, p. 4A), me fue turnado un oficio de parte de la Secretaría Académica
de la UABCS; oficio a todas luces amenazante.
Algún desvelado podría decir qué se trata de
un oficio de advertencia solo. Pero a la luz de la historia de los
acontecimientos universitarios, resulta innegable la conexión del escrito de
marras con otras acciones intimidatorias.
·
El oficio de extrañamiento,
inventando cosas y carente de sustento, girado contra diez profesores de cierto
prestigio y antigüedad.
·
La denuncia penal contra esos
mismos diez profesores por “sedición”.
·
El cese injustificado de dos
profesores alemanes de prestigio: el Dr. Volker Koch(Biología marina) y al Dr.
Georg Eichenseer (Filosofía).
·
Exclusión de profesores del
programa de estímulos (50-70% del sueldo).
Para completar el cuadro, tenemos por otro
lado prebendas para los leales arribistas:
Participación fraudulenta en el programa de
estímulos de profesores que se sabe no cumplen con los requisitos mínimos.
Solapamiento de irregularidades y delitos varios. Utilización de recursos con
fines clientelares y un largo etcétera
La lista de agravios y entuertos podría bien
ocupar toda la página, pero no quiero cansar al lector. Baste decir que para
esta administración la zanahoria y el garrote, más propio de instituciones de
baja estofa, han sido las herramientas de todos los días en el gobierno de la
universidad. El Dr. Dante Salgado (con la aquiescencia del Mtro. Gustavo Cruz)
ha venido operando una represión nunca antes vista en la universidad. Llama la
atención porque se le venía reputando como poeta sensitivo; un humanista. Ahora
está operando de cómitre, mafioso y testaferro.
A ver
hasta cuándo.
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