martes, 16 de abril de 2013

EL MANOSEO DEL “CAMBIO CLIMATICO”




Alejandro Alvarez

La vulgarización del tema del supuesto cambio climático ha llevado a simplificaciones que llevan más a profundizar la ignorancia sobre el mismo que a su comprensión. De lo único que se está seguro, porque se ha medido con termómetros, es que durante la  segunda mitad del siglo 20 se ha producido un incremento de 0,013 °C (trece milésimas de grado centígrado) al año en promedio. Sobre esa base se han elaborado proyecciones que indican “la probabilidad” de que la temperatura de la superficie terrestre, aumente entre 1,1 a 6,4 °C al final del siglo 21. Otro hecho indiscutible relacionado con lo anterior es el retroceso de los glaciares. Los glaciares de los Alpes han perdido dos terceras partes de su superficie en los últimos 150 años.  Con el uso de las imágenes de satélite estos cálculos son muy precisos.  Los casquetes polares también han retrocedido grandes distancias. Este deshielo a su vez incrementó el volumen de agua en las cuencas oceánicas lo que explica perfectamente que el nivel del mar se haya elevado globalmente 20 cm en los últimos cien años. Hasta aquí todo es medible. Donde las cosas se convierten en especulación es en determinar las causas del calentamiento con todas sus consecuencias y afirmar que estamos ante un cambio del clima.
Una de las hipótesis más manejada es que la generación de bióxido de carbono (CO2) como resultado de la quema de combustibles derivados del petróleo ha producido un efecto tipo invernadero en todo el planeta. Es decir que el calor proveniente del sol permanece más tiempo en la atmósfera debido a la mayor concentración de ciertos gases en la atmósfera, entre ellos el mencionado bióxido de carbono (CO2), y otros como el metano y el vapor de agua.  Efectivamente se ha comprobado también que el incremento de bióxido de carbono en el último siglo es de 1,5 partes por millón por año. Estos resultados permanecen sin cuestionamiento científico hasta el presente como también es incuestionable que sin la presencia del hombre quemando combustibles la concentración del bióxido referido fue entre 10 y 200 veces superior a los niveles actuales hace un millón y medio de años, cuando apenas aparecían sobre la faz de la Tierra los antecesores del homo sapiens. Para complicar más las cosas los geólogos han podido determinar que a lo largo de la historia del planeta se han alternado irregularmente periodos fríos y cálidos cuya duración ha ido de los miles a los millones de años. Hace trece mil años concluyó uno de los grandes periodos glaciares de por lo menos otros tres similares en el último millón de años. Ya durante la historia moderna se ha podido determinar que hubo una Pequeña Edad de Hielo que abarcó desde los inicios del siglo 14 hasta mediados del siglo 18. Antes de ese enfriamiento transcurrió el llamado Optimo Climático Medieval caracterizado por un incremento extraordinario del calor terrestre del siglo 9 al siglo 14. Cualquiera sabe (excepto los ambientalistas) que entonces no existían los motores de combustión interna para poder echarles la culpa del calentamiento terrestre. El objetivo del discurso de algunos jefes de gobierno y grupos ambientalistas en contra del supuesto “cambio climático” es mucho más materialista que idealista, es  recibir financiamiento para continuar con sus especulaciones. El negocio es redondo, construyen al  enemigo y luego llaman a derrotarlo siempre y cuando les den más dinero. Buen negocio. ¿Qué es lo que realmente buscan los ambientalistas y los países firmantes de los abundantes acuerdos contra el “cambio climático”?
1. Dicen que el acceso a tecnología verde permitirá transitar hacia una economía baja en carbono y combatir la pobreza. Falso. No hay ni se vislumbra un desarrollo económico importante durante los próximos cincuenta años que no sea a través de una industria que haga uso de los derivados del petróleo. No existe un solo prototipo de jet, buque  o industria que trabaje con energía solar o eólica. La energía nuclear ha sido sistemáticamente combatida por los ambientalistas, así que de ella ni hablar. La tecnología “verde” es simplemente demagogia.
2. Dicen que fomentarán la creación de centros de investigación y tecnología en países en desarrollo. Falso. Los países en desarrollo no tienen recursos ni para satisfacer sus necesidades básicas de alimento, educación y salud. Menos para desarrollar investigación de largo plazo que sustituya a la energía convencional consumidora de hidrocarburos.
3. Dicen que quieren establecer un Fondo Verde para transferir millones de dólares para acciones de mitigación y adaptación en países en desarrollo. Cierto, apareció el peine. Lo que busca México y otros países en desarrollo junto con sus grupos ambientalistas son simplemente dólares de la banca internacional. El pretexto es lo de menos. El “cambio climático” queda como anillo al dedo.


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