Alfonso Muñoz Cáñez
Los científicos están convencidos de que en el
sistema solar, la vida tal como la conocemos, sólo existe en la Tierra. Admiten
la posibilidad de que en Marte, cuya superficie ha permitido rastrear la
presencia de agua congelada, puedan existir ciertas formas de vida, sin duda
microscópicas, en el subsuelo o en cavernas.
El descubrimiento de que en Europa, satélite de Júpiter, está totalmente
cubierto por un océano congelado en la superficie, pero líquido en sus
profundidades (cómo lo sugieren las fotos tomadas por la sonda Galileo, al
mostrar la superficie de ese satélite fracturado en forma similar a las
banquisas de las regiones polares terrestres), abre otra posibilidad de vida
extraterrestre, pero desarrollada en condiciones muy adversas, similares tal
vez a las que existen en los fondos de las grandes profundidades marinas de la
Tierra.
Titán, otro satélite de Júpiter, posee una
atmósfera de metano y nitrógeno, y en su superficie podría tener nitrógeno
líquido, lo mismo puede decirse de Tritón el satélite de Neptuno.
Los
científicos admiten que sólo en esos satélites pudiera existir alguna forma de
vida, muy rudimentaria a causa de la evidente adversidad de su entorno. ¿Cuáles
son, por tanto, las posibilidades de vida en el Universo?
Stephen H. Dole, en su libro “Habitable Planets for Man”, llega a
conclusiones que tal vez puedan interesar al lector. Señala, en primer lugar,
que una estrella debe ser de un tamaño parecido al Sol para tener un planeta
habitable.
Argumenta que cuanto más grande es la estrella tanto menor es su vida, y
si excede ciertas dimensiones no viviría lo suficiente como para permitir que
un planeta recorra las prolongadas etapas de su evolución química, antes de
desarrollar formas de vida complejas.
Por el contrario, una estrella demasiado pequeña no puede calentar
suficientemente un planeta, a menos que se encuentre muy próximo a ella, lo que
genera efectos que hacen imposible el surgimiento de vida tal como la
conocemos.
Según los cálculos de Stephen H. Dole,
existen 17 mil millones de tales estrellas únicamente en nuestra galaxia y,
haciendo lo que parece una razonable estimación, dice que probablemente hay en
ella unos 640 millones de planetas habitables, conteniendo ya cada uno de ellos
alguna o algunas forma de vida.
Y
agrega que si estos planetas habitables está distribuidos más o menos homogéneamente por la galaxia,
debe existir uno por cada 80 mil años luz cúbicos, esto significa que el
planeta habitable más próximo puede distar de la Tierra unos 27 años luz, y a
unos 100 años luz de distancia pueden encontrarse unos 50 planetas habitables.
Naturalmente, una estrella del tamaño adecuado podría tener un planeta
habitable o no poseer ninguno. Un planeta puede poseer vida, pero vida aun no
inteligente. Nuestra propia Tierra, el único planeta habitable que conocemos,
existió durante al menos 2 mil millones de años con vida, pero sin vida
inteligente.
Dice Stephen H. Dole que si el hombre, ya como ser racional, tiene
aproximadamente un millón de años sobre la Tierra, ésta ha poseído vida
inteligente durante 1/3.500 del tiempo en que ha poseído vida de alguna clase.
Si pudiéramos decir lo mismo de todos los planetas que albergan la vida, uno de
cada 3,500 alberga vida inteligente, por lo que partiendo de 60 millones de
planetas habitables, pueden existir unos 180 mil poblados de seres
inteligentes, únicamente en nuestra galaxia.
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