Archivo hache
2009-09-12•
Después de la Generación X (1967-1976 aprox.) apareció otra generación cuyo mote oficial es “Millenials” (N. Howe y W. Strauss) o “Me Generation”. Su rasgo principal: el ultra-narcisismo.
Prefiero llamarlos Generación 1984 o, en directo, Generación Yo-yo. Ególatras, divertidos y redundantes, los yoyos nacieron en los ochenta y noventa.
La generación anterior estaba marcada por el dúo USA-URSS y, por ende, su visión por default era el maniqueísmo.
La Generación Yo-yo sólo conoció el dominio norteamericano. Son unidimensionales. Creen que sólo hay una manera de hacer las cosas. Y quieren saberla (¡ya!) y aplicarla.
USA es su URSS.
Neonarciso nació en el mercado super-individualista. Para un yoyo volverse sabio significa alcanzar una buena autoestima.
Poco profundos o creativos, su ¿virtud? es “hacer caso” y ser más disciplinados que los apáticos X.
Son autoritarios. Después del desastre de la contracultura, quieren poner “orden”. Son posmo, es decir, no creen que haya diferencia alguna entre la cultura alta y el pop. Juegan a ser tolerantes. Para ellos, ¡todo es cool! Creen que la clave de la existencia es tener la información correcta. (Internet es lo máximo.) Pero como crecieron en un mundo con una sola visión aprobada, los yoyos creen que escuchar muchas opiniones es “bueno” para formar “su propio criterio”.
Popstars —de Amanditita a Britney—, su finalidad es la fama; hacer que su yo sea amado por el mundo tanto como ellos ya lo aman.
Obama me ama y mi e-mail me mima. Y si no me aman, entonces me hago emo.
Según sus propios apologetas, los yoyos son neomoralistas, de altos estándares, y aunque no son innovadores son perseverantes.
¿Su meta? Quitar todo lo que los separe de ser “yo mismo”.
Una vez alcanzado, comienza la autopromoción infatigable vía MySpace, Facebook o YouTube.
No tienen vida, obra o, siquiera, carrera. Tienen campaña.
Ya nacieron sin dios o causas. Pero siguen siendo antropo-crédulos y cuando buscaron en qué creer, encontraron su imagen.
La psicología a nivel mundial no para de asombrarse del crecimiento imparable del narcisismo, amor al estado actual (yo, la perfección andando).
El narcisismo —insatisfacción satisfecha de sí misma— ya es pandemia.
Los yoyos harán que las economías progresen debido a su consumismo, su tecnofilia y, en general, por saber aprovechar los recursos ya existentes. Por eso el iPod y por eso el Kindle.
We are Wikipedia.
El gran problema de los yoyos es que no innovarán n@d@. Ni su literatura, tecnología o investigación serán significativas: lo único que los yoyos desean es hacer más cómodo su mundito. No crean: adaptan. No aportan: se apropian.
Infatuados de sí mismos, nada harán por el mundo.
No dejarán huella. Será como si no hubieran existido.
No pasarán a la historia: los yoyos están hechos de otros. Next! Heriberto Yépez • www.hyepez.blogspot.com
2009-09-12•
Después de la Generación X (1967-1976 aprox.) apareció otra generación cuyo mote oficial es “Millenials” (N. Howe y W. Strauss) o “Me Generation”. Su rasgo principal: el ultra-narcisismo.
Prefiero llamarlos Generación 1984 o, en directo, Generación Yo-yo. Ególatras, divertidos y redundantes, los yoyos nacieron en los ochenta y noventa.
La generación anterior estaba marcada por el dúo USA-URSS y, por ende, su visión por default era el maniqueísmo.
La Generación Yo-yo sólo conoció el dominio norteamericano. Son unidimensionales. Creen que sólo hay una manera de hacer las cosas. Y quieren saberla (¡ya!) y aplicarla.
USA es su URSS.
Neonarciso nació en el mercado super-individualista. Para un yoyo volverse sabio significa alcanzar una buena autoestima.
Poco profundos o creativos, su ¿virtud? es “hacer caso” y ser más disciplinados que los apáticos X.
Son autoritarios. Después del desastre de la contracultura, quieren poner “orden”. Son posmo, es decir, no creen que haya diferencia alguna entre la cultura alta y el pop. Juegan a ser tolerantes. Para ellos, ¡todo es cool! Creen que la clave de la existencia es tener la información correcta. (Internet es lo máximo.) Pero como crecieron en un mundo con una sola visión aprobada, los yoyos creen que escuchar muchas opiniones es “bueno” para formar “su propio criterio”.
Popstars —de Amanditita a Britney—, su finalidad es la fama; hacer que su yo sea amado por el mundo tanto como ellos ya lo aman.
Obama me ama y mi e-mail me mima. Y si no me aman, entonces me hago emo.
Según sus propios apologetas, los yoyos son neomoralistas, de altos estándares, y aunque no son innovadores son perseverantes.
¿Su meta? Quitar todo lo que los separe de ser “yo mismo”.
Una vez alcanzado, comienza la autopromoción infatigable vía MySpace, Facebook o YouTube.
No tienen vida, obra o, siquiera, carrera. Tienen campaña.
Ya nacieron sin dios o causas. Pero siguen siendo antropo-crédulos y cuando buscaron en qué creer, encontraron su imagen.
La psicología a nivel mundial no para de asombrarse del crecimiento imparable del narcisismo, amor al estado actual (yo, la perfección andando).
El narcisismo —insatisfacción satisfecha de sí misma— ya es pandemia.
Los yoyos harán que las economías progresen debido a su consumismo, su tecnofilia y, en general, por saber aprovechar los recursos ya existentes. Por eso el iPod y por eso el Kindle.
We are Wikipedia.
El gran problema de los yoyos es que no innovarán n@d@. Ni su literatura, tecnología o investigación serán significativas: lo único que los yoyos desean es hacer más cómodo su mundito. No crean: adaptan. No aportan: se apropian.
Infatuados de sí mismos, nada harán por el mundo.
No dejarán huella. Será como si no hubieran existido.
No pasarán a la historia: los yoyos están hechos de otros. Next! Heriberto Yépez • www.hyepez.blogspot.com
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