Una convocatoria abierta, con especial dedicatoria a esas mayorías silenciosas en donde en buena medida vegetan los sectores más informados e lustrados de la sociedad, a romper ese silencio y esa pasividad que han permitido la degradación de nuestra vida pública a extremos inéditos.
Un proceso de descomposición política y moral, con un andamiaje institucional corroído por intereses criminales; por el bajo perfil educativo de la clase política, el nepotismo, el revanchismo social, que ha desembocado en un retroceso histórico y político que solamente puede ser revertido por una ciudadanía crítica en movimiento, a contrapelo de las reservas clientelares de los neocaciques bicentenrarios. .
Una ciudadanía forjada en el diálogo, la libre confrontación de ideas, una revuelta del AGORA ateniense, cuna de la democracia y lo que se conoce como cultura, civilización-civitas o polis – occidental..
El verdadero ciudadano, el civilizador, el que construye ciudades, civitas o polis(raíz de política) para oponerse a la barbarie, es en realidad un intelectual orgánico de la vida cotidiana que con su opinión liberada de toda servidumbre o clientelismo, contribuye a generar los contrapesos necesarios ante los excesos y decesos, las barbaridades del poder.
El antecedente de los partidos políticos son los clubes sociales en la Francia revolucionaria, estremecida por las ideas de la Ilustración. Ratificada la “muerte cerebral” de los partidos políticos, de la partidocracia(nuevo estamento derivado de fragmentación de la presidencia imperial, diría Krauze), es grande la tentación de recuperar el espíritu parlamentario, agorero(de ágora: teatro de la palabra y del espectáculo de la inteligencia), de los clubes sociales.
Tal y como lo hicieron en su momento los prohombres de la Generación de la Reforma, que con su palabra, oral y escrita, con el verso pedagógico y la prosa filosa, incendiaria y sustantiva, el discurso ilustrado, en los foros legislativos y en la prensa militante; en aquellas célebres tertulias literarias promovidas por Altamirano, Prieto, el Nigromante, establecieron las bases culturales de una nación que pudo vencer el embate de los “emisarios del pasado” y las invasiones extranjeras, la gringa y la francesa.
La obra política, la lección histórica de Juárez, y por lo tanto el México moderno, no se entienden sin la monumental obra cultural de esta generación sin precedentes ni sucedáneos en la historia patria.
Fundaron una nación y una nacionalidad, una identidad. Una tradición y una idiosincrasia que tienen como uno de sus veneros la revista RENACIMIENTO, fundada y dirigida por Ignacio Manuel Altamirano, que convocó a liberales y conservadores, radicales y moderados, con el explícito fin de crear una literatura, una cultura mexicana.
¿Qué suena muy cursi, muy romántico? Sí y qué…
Cómo no va a sonar así en un escenario “dominado” por esas “jóvenes promesas” políticas que recurren a su amanuense de cabecera para candidatearse con un boletinazo disfrazado, plagado de lugares comunes, resabios de esa literatura chatarra de “superación personal,” que convocan a la unidad bajo la atenta recomendación de no ver hacia el pasado(UUy!!), si no, claro, hacia .. .”adelante”.
Alguien que los estime les debe hacer ver a estas “promesas” tan paradójicamente anacrónicas, que repensar la historia debiera ser un ejercicio cotidiano del político que aspire a un auténtico liderazgo, sobre todo-ojo, mucho ojo- en el año del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Méxicana.
Más aún siendo priista, pues el PRI, nos guste o no, con todos sus errores y horrores, condujo a México a la modernidad, y tiene mucho de qué presumir. Dato duro: Zedillo le entregó a Fox un país convertido en la novena economía del mundo, y con al PAN descendió al 13, por debajo de Brasil, por ejemplo.
Sí, muy cursis y románticos, vistos desde las cloacas del pragmatismo gerencial panista y el espurio izquierdismo del PRD y franquicias satélites. Dicen que dijo el bufoncito que finge como “dirigente” del PRD estatal, que el tal Foro Ciudadano era un “refugio de nostálgicos”.. “La utopía regresiva”, le llaman, Adriancito, pero ¿cómo impugnar una nostalgia que es producto directo del fraude representado por el gobierno del que eres recadero?
A este lacayuno “líder izquierdista” debemos recordarle que sus patrones proceden precisamente de ese pasado priista, pero de los estratos más cavernícolas, que ahora, en pleno siglo XXI, se proyectan como esa involución histórica referida líneas arriba.
Cómo no parecer cursis y románticos para los admiradores de la narciseñal, o los que defienden los disparates de Leonel Cota en sus entrevistas a modo: ni pagando para que no lo cuestionen puede explicarse a sí mismo.
Un botón:”siempre la continuidad, el continuismo, ha sido mala para la gente..” Menos, claro, somos tan idiotas, cuando él la procuró con Narciso, el del lema:”Unidos…Vamos por más”.En una entrevista de a deveras, el periodista le hubiera citado algunas continuidades exitosas: la de la transición democrática y económica en Chile, el despegue brasileño, la reelección de Clinton, la permanencia del PRD en el gobierno del DF…Pero de eso no querría saber nada Leonel. El a lo suyo, las “acciones”, a cumplir con su obstinación edìpica de imponer a su hermana en la gubernatura, e inaugurar así la era del continuismo… pero del bueno.
Estos son algunos ejemplos del vacío conceptual, de la estulticia discursiva del grupo en el poder y de la clase política en su conjunto. Y no se ve por ningún lado un relevo generacional conposibilidades de reviertir la debacle. Los partidos, reducidos a las cúpulas, han desechado la educación política de sus militantes: sería un suicidio. Su sobreviviencia depende de la clientela, no del ciudadano.
Si usted no es o no quiere ser o seguir siendo, parte de esa servidumbre, no falte a la tertulia de hoy a las 7 pm en el Kiwi.. para seguir platicando..
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