domingo, 16 de enero de 2011

VOTO NULO PARA POLITICOS NULOS


Alejandro Alvarez

Los partidos y los políticos se han blindado contra la crítica ciudadana,
son impenetrables, viven su propio mundo, son soberbios y sordos en su
diario proceder. Tienen una deuda enorme con los electores, y con el país
en general, que por lo que se ve no piensan pagar nunca. En la federación,
en los estados y en los municipios son exactamente la misma cosa, sólo
varía el tamaño de sus atrocidades y la gente afectada. Y lo saben muy
bien. Reconocen en sus múltiples apariciones en los medios –con motivo de
esa tortura que llaman pomposamente ”campañas electorales”– , que los
políticos y la política estás desacreditados, que tienen que remar contra
esa turbulenta y poderosa percepción de que son unos estafadores con
licencia para delinquir.
Después de varios años de sondeos y encuestas sistemáticamente son
reprobados al ser calificadas las instituciones más importantes del país.
La última de ellas, la de la empresa Consulta Mitofsky, realizada el año
pasado (Confianza en las Instituciones. Evaluación Nacional, 2010) de las
catorce instituciones evaluadas los partidos ocuparon nuevamente el último
lugar con una calificación de 5.7 en escala de cero a diez. Reprobados. En
el lugar trece estuvieron los diputados con la misma calificación
reprobatoria y arriba de ellos, pero también reprobados, están los
policías con 5.9. Los policías inspiran más confianza que los diputados
¿cómo estará la cosa? Los senadores pasan de panzazo rasguñando el seis.
En resumen, las instituciones más desconfiables de México son los
senadores, la policía, los diputados y los partidos. En ese orden. ¿Y no
lo saben los partidos, no se han dado una asomadita por los periódicos y
revistas donde se publican estos datos? Claro que lo saben, pero les
importa un cacahuate. Porque les vale madres lo que piensen de ellos los
ciudadanos.
Hace años que se han hecho exigencias ciudadanas muy concretas de una
unanimidad apabullante: 1. Reducción del número de diputados federales a
300. 2. Disminución de la cámara alta a un solo senador por estado. 3.
Cancelación de los seguros médicos privados de legisladores y funcionarios
públicos. Que acudan al ISSSTE o que se paguen un servicio privado de sus
bolsillos, no con el presupuesto público. 4. Recorte de la subvención a
los partidos políticos a la mitad. Este año, sin elecciones federales, 
los partidos dispondrán de más de tres mil millones de pesos de
presupuesto que sumados al presupuesto de operación del IFE rebasarán los
diez mil millones de pesos. En un país pobre con carencias elementales en
educación, salud y seguridad esas cantidades resultan ofensivas. 5.
Desaparición de plurinominales en todas las legislaturas (federales y
estatales). Ante estas demandas los partidos han preferido fingir demencia
–y lo hacen muy bien, por cierto–. ¿Y encima quieren que vayamos a
avalarlos con nuestro voto en las urnas? ¿Y todavía hay quienes se atreven
a decir que si no votamos no contamos? Como si de veras tomaran en cuenta
las necesidades y peticiones de los electores. Por eso se dice que los
políticos nulos que padecemos merecen el voto nulo o la abstención, que
son medidas perfectamente legales o si no que digan qué parte de la ley se
está infringiendo con abstenerse o tachar toda la boleta con la palabra
NULO.

FILA INDIA
Como parte de la crueldad infantil recuerdo una de tantas salvajadas
llamada “fila india” con la que se castigaba colectivamente a un pobre
infractor. Consistían en hacerlo pasar entre dos filas de verdugos donde
éstos le tupían con los que quisieran al castigado al pasar frente a
ellos. Había que hacer el recorrido con la mayor velocidad posible porque
la intensidad de la madriza estaba en proporción al tiempo transcurrido 
en el sádico sendero, y ¡ay! de aquel que por accidente tropezara, porque
ahí mismo y sin piedad lo levantaban a puro patín. Y digo que recuerdo ese
castigo porque en el punto de arranque veíamos las caras de los ejecutores
y todos invariablemente tenían una sonrisa demencial. Así hoy, al pasar
por las calles y verlas tapizadas de caras de candidatos con burlonas
sonrisas de una acera a la otra y de principio a fin pienso en aquellos
crueles castigos Y hay algunos que hasta parecen señalarnos con su dedito,
muertos de risa del circote que nos hacen tragar. ¿Qué hemos hecho para
merecerlos?


Alejandro Alvarez Arellano
Profesor Investigador
Universidad Autónoma de Baja California Sur
tel (612) 123 88 00 ext. 4284

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