miércoles, 7 de diciembre de 2011

Jesús Silva Herzog Marquez: DEBAJO del COPETE

Debajo del copete

La pregunta era obvia. En una feria del libro, resultaba natural que al candidato se le preguntara de sus lecturas. ¿Cuáles han sido los libros que lo han marcado?, escuchó en Guadalajara. La pregunta lanzó al candidato Peña Nieto a un hoyo en el que fue cayendo lentamente. Trataba de pescar una rama y seguía cayendo. Se prendía de otra y caía más hondo. A todas las preguntas previas respondía con esa tiesa mecánica de gestos y palabras hechas. Él no es él sino “su servidor”. Sus palabras son señalamientos y puntualizaciones. No habla: se posiciona. Con notable disciplina, el candidato se aferraba en la conferencia de prensa al libreto y respondía con las mismas palabras a las mismas preguntas de siempre. Mecánicamente contestaba y mecánicamente esquivaba. El problema aparece cuando brota lo imprevisto. La pregunta de los libros no había sido ensayada y mostró el aire bajo el copete. El político empezó a tropezar sin las muletas con las que camina todos los días. Los asesores no habían hecho el trabajo elemental de anticipar esa pregunta y dejaron al producto en el vacío. No lo puedo creer, pero alguien dijo que el candidato, en un momento de extrema tensión, se despeinó.

El episodio de Guadalajara muestra la debilidad de Peña Nieto porque enfatiza la fuente de su fortaleza y también sus grietas. No esnobeo al candidato. Me parece absolutamente irrelevante que el político sea un lector voraz o que use la lectura como somnífero. Podría treparme al carro de los burlones que se carcajean con el tropiezo del candidato y recuerdan con ello los resbalones del señor Fox. No me preocupa que un político lea poco y mal, como parece ser el caso del político mexiquense. Me preocupa que sea incapaz de activar neuronas cuando surge el imprevisto. Ese fue el angustioso espectáculo que presenciamos quienes lo vimos hundirse en ese pozo oscuro que es para él la invitación a pensar sin coreografía.

Sugería que el evento es elocuente porque subraya la fortaleza y la vulnerabilidad de Peña Nieto.

El candidato habrá dado munición a sus enemigos que podrán equipararlo con el ignorante que vivió en Los Pinos hace unos años. Reforzará la imagen de un maniquí que ha dedicado más horas al peine que a las letras. Pero todas estas expresiones, así sean fundadas, pierden de vista importantes atributos del político: su disciplina y su tacto. Bajo su riesgo, los oponentes de Peña Nieto podrán quedarse con la imagen del copete sin ideas. Les podrá servir para su campaña pero no para su estrategia. Quien quiera derrotar a Peña Nieto tendrá que advertir sus méritos, que no son irrelevantes. Se le podrá caricaturizar pero no tiene sentido menospreciarlo. Que Enrique Peña Nieto no sea un hombre de ideas no quiere decir que sea una nulidad política. Mientras nos hemos empeñado en desdeñarlo como un simple producto de la televisión, él se ha dedicado a brincar los obstáculos que le han sembrado y lo ha hecho con éxito. Quiero decir que hay en él una intuición política y un sentido de disciplina que no podemos seguir ignorando.
Enrique Peña Nieto no es un político moderno. Escucharlo es oír un disco viejo, verlo es regresar a un tiempo ido. Un hombre joven con gestos y palabras de viejo. Creo, sin embargo que esa ausencia de soltura, esa impostada firmeza de sus gestos, esas gastadas fórmulas verbales no obstruyen su reflejo y su disciplina. El priista no ha mordido ningún anzuelo, no se ha desviado de su mensaje, ha caminado en línea recta. Su estrilo es arcaico pero escucha la advertencia de los errores previos y tiene el cuidado para contenerse. Es cierto: condujo su sucesión bajo los cánones ancestrales del PRI. No estimuló una competencia pública, no condujo una deliberación abierta entre los pretendientes. Movió un dedo y señaló al sucesor. En todo caso, es innegable que superó la prueba de la elección de su estado. Derrotó también a su adversario en el PRI sin provocar las fricciones que las postulaciones presidenciales han generado en ese partido durante las últimas décadas. Con cierto retraso se deshizo, pero al fin y al cabo se deshizo, del presidente del PRI que le resultaba ya demasiado costoso. Cierto: no exigió cuentas y sigue siendo ambiguo en su compromiso con la legalidad dentro de su partido—pero se despojó de un lastre.

Peña Nieto podrá ser ninguneado por ser incapaz de recordar los libros y los autores que lo han marcado, pero valdría la pena advertir su sentido de disciplina y su olfato. En una campaña como la que viene, esos dos atributos son más útiles que la memoria literaria. Al mismo tiempo, la vulnerabilidad de Peña Nieto es evidente. En un debate presidencial, en una entrevista televisiva, en atmósferas que no controlen sus asesores de imagen puede tropezar y exhibir que, bajo el ejemplar control de su peinado, hay un hueco.

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4 Favoritos





Comentarios


Gracias por subtitular la tragedia,Maestro.

Publicado por: jose manuel | 05/12/2011 en 10:25 a.m.


Peña Nieto no ha leído un libro en su vida, a usted no le preocupa? Otro inculto al poder. Viva la mediocridad.

Publicado por: Pepe | 05/12/2011 en 10:27 a.m.


Es completamente relevante que ese señor no sepa distinguir entre los libros y la ficción telenovelesca. Es completamente relevante que un político no sea un lector. Un político DEBE ser un lector.

No te escudes para no quedar mal con él "por si acaso". Se profesional.

Publicado por: José Luis | 05/12/2011 en 10:48 a.m.


O sea, "voy derecho y no me quito (disciplina), si me despeinan olfateo (olfato) y brinco el charquito (tacto)".

Publicado por: Carlos Curiel | 05/12/2011 en 10:59 a.m.


Eso me hizo recordar el libro "La hermenéutica del sujeto" de M. Foucault, cuando examina el diálogo del Alcíbiades... cuando Sócrates le pregunta ¿porqué quieres gobernar? EPIMELEIA HEAUTOU (manera ser, actitud, formas de reflexión, prácticas) ¿qué eres tú, que no sean los demás? La verdad se obtiene del conocimiento, fuera del sentido común, ¿de donde proviene ese conocimiento en nuestra era? Del maravilloso libro. ¿Acaso para el político no es clave Maquiavelo? [Trillado y encontrado en ediciones desde 10 pesos.]"Inferioridad consiste en saber lo que no eres pero compensarlo con una TEKHNE... ¿cuál es tu tekhne? Y Alcíbiades no puede contestar, y entonces el pobre muchacho se desespera"...

Publicado por: Laura Fuentes | 05/12/2011 en 11:22 a.m.


Me parece que es muy relevante que un candidato presidencial lea. Es muy grave tener iletrados conduciendo a una nación. Pero más grave que eso, me pregunto, si los otros candidatos presidenciales leen

Publicado por: Luis Lach | 05/12/2011 en 11:37 a.m.


Dos cosas. Coincido con que es irrelevante si el político lee o no lee. Coincido en que las características de su trabajo implican otras habilidades. Eso se ve en la especie de biografía de Adolfo Suárez escrita recientemente por Javier Cercas en su "Anatomía de un instante". Al igual que Suárez, Peña tiene instinto y disciplina. No hace falta más. Mi pregunta es ¿con eso bastará para ser presidente en un momento como el actual? ¿son la disciplina y el olfato las soluciones?
Que Peña no lea o lea mal es un problema personal de Peña. El problema que tenemos nosotros es saber si con sus características es el político idóneo que sus asesores y agencias de imagen han pretendido que es.
Un último apunte: Si Peña leyera probablemente hubiera podido salir más fácilmente del problema de contestar una pregunta no prevista en el guión. Es decir, si de algo ayuda leer es a mentir mejor. Saludos.

Publicado por: Barcosmico | 05/12/2011 en 12:15 p.m.


Debiera exigisrse que todos los candidatos a la presidencia sean letrados, porque dadas la scondiciones del país es necesario. Con lo que tiene EPN no es suficiente, pensemos en todas las concecuencias gravés que pueden darse, a FOX le paso. Pero el ser no letrado me parece menor comparado con lo corrupto e impune que es EPN. Sres. ciudadanos no permitamos que una persona asi llegue a ser presidente. Por el bién de México. Saludos

Publicado por: Bernardo | 05/12/2011 en 12:31 p.m.


No sé si sea grave que un político no lea lo que los intelectuales esperan que lea. Es importante que sepa tomar decisiones importantes para gobernar y desde luego se espera que tenga asesores capaces. Fox era un ignorante y ya ven.

Publicado por: Anónimo | 05/12/2011 en 12:40 p.m.


Es vergonzoso que justifiquen el actuar de los servidores públicos, sean candidatos presidensiables o no, que en este caso si lo son,para poder poder tener una mejor visión definitivamente hay que leer, mínimo los libros de ciencia política, coincido con los comentarios anteriores de las sugerencias de libros, El Príncipe de Maquiavelo, La República de Pláton, aunque hay autores contemporáneos de filosofía política La Democracia en América de Alexis de Toqueville, diversos libros de Antonio Cunou por no mencionar a los libros de Daniel Bell y algunos otros que no tienen traducción al español, a cualquier gobernante se le debe de atribuir que sea una persona preparada y no un simulador que al momento de desenmascarar su ignorancia literaria también demuestra la de sus asesores y equipo de trabajo.

Publicado por: Olga Ortega | 05/12/2011 en 01:26 p.m.


Coincido con Laura, por lo demás ya van tres entregas o artículos de lunes de Jesús Silva-Herzog Márquez bastante 'raros'.

Publicado por: Omar | 05/12/2011 en 01:53 p.m.


¿TEKHNE? With the money dancing the dog.

Con dinero baila el perro,
y con más dinero hasta todos los demás.

Mientras tanto los mexicanos,
como el perro de Alcibíades,
somos el espectáculo, dando círculos en busca
de la cola perdida.
Publicado por: FMGARZAM | 05/12/2011 en 04:17 p.m.


Silva- Herzog se debate entre criticar acremente y justificar débilmente a un candidato ignorante a todas luces. A mí en lo personal, no me gustaría que me gobernara un ignorante sin importarme si va derecho en lo político. "Derecho", esa palabra no la conocen los priistas y creo que Peña Nieto no es la excepción. Por eso ha evadido los debates hasta ahora, para no evidenciar su ignorancia. Que mejor ni se presente con Brozo porque allí va a enseñar el cobre (siempre y cuando Brozo no reciba línea de Azcárraga).

Publicado por: Jesús | 05/12/2011 en 04:59 p.m.


Ahora resulta que las nefastas políticas populistas, clientelares, corporartivistas, ilegales, tramposas, marrulleras, simuladoras, de la "Bella Nieto" y sus compinches son una virtud... ¡Para Ripley!

Sus carencias y minusvalías intelectuales lo van a tumbar como el "ídolo con pies de barro", como la "botarga sobre inflada" que es... ¡Al tiempo!

Publicado por: Francisco Javier Trava | 05/12/2011 en 05:00 p.m.


No creo que Peña Nieto sea un caso aislado de la población de México. Si acaso uno muy mediático. ¿Cuantos de nuestros anteriores mandatarios eran realmente lectores? Hay habilidades más útiles en el viejo juego de la política. No por eso mejores, no por eso deseables. Dejemos la burla fácil a un lado y pensemos en la verdadera debilidad que mostró y que sí señala Jesus, la incapacidad de pensar rápido y salir airoso de un imprevisto trivial. Lo imagino frente a Chavez de Venezuela o frente a cualquier funcionario incomodo de cualquier parte sin saber que hacer. Run Forest, run!

Publicado por: Eduardo Fernández Cortés | 05/12/2011 en 05:46 p.m.


Sr Silva Herzog.... digno descendiente de familias políticas que jamás han tenido que trabajar para ganar el pan ya que lo han ganado con el sudor de los de enfrente (Leáse pueblo). Que puede decir usted Sr. Silva Herzog si usted y su familia han vivido del erario público gracias al partidazo de las corrupciones y de las tranzas... Claro el glorios PRI !!!! Que más podía decir... que más podía hacer si no que defender a su compinche y tal vez esperar las sobras que caigan de la mesa presidencial... Como siempre costumbre de familia tal vez.

Publicado por: Pedro Paramo | 05/12/2011 en 06:00 p.m.


Jesús Silva-Herzog Márquez
PRESENTE

Los eufemismos y las ideas contradictorias terminan confundiendo al propio autor. Quiero referirme a su artículo "Debajo del copete". La disciplina de Peña Nieto de la que habla usted es una apreciación subjetiva porque una disciplina que no conduce a la superación ¿Qué clase de disciplina es?
La lectura es insustituible para una formación intelectual sólida (eso sí exige disciplina) y un político responsable tiene la obligación de ser un lector constante, analítico, crítico y selectivo, pues la conducción de una Nación demanda una preparación permanente y sin descanso, ya que somos muchos los afectados con sus decisiones.
Lo verdaderamente preocupante es que un candidato a la Presidencia de la República no pueda contestar una pregunta tan simple en la FIL como ¿cuáles son los libros que más le han impactado? y que la respuesta de Peña Nieto y sus comentarios hayan sido estereotipados, balbuceantes y erráticos, quedando al descubierto una muy deficiente preparación, cuando una de las tareas primordiales del oficio político es el propio crecimiento intelectual, porque hoy más que nunca para servir hay que estar bien preparado.
La sociedad actual es tan compleja que sólo quien esté debidamente capacitado puede servirla con eficiencia y eficacia; sacar a un país adelante no es cuestión de pronunciar discursos hechos a modo, sino que es preciso la solidez de conocimientos para dar rumbo y certeza a México.


Publicado por: Carlos | 05/12/2011 en 07:43 p.m.


Jesús, no estoy de acuerdo con los últimos parrafos, ya que no considero que Peña Nieto tenga tales sentidos que mencionas, como antes ya lo mencionabas y como Dresser lo mencionó, es un político de escenarios. Tal vez tenga disciplina para como lindo corderito seguir nada más que instrucciones (que quede claro que no es un instinto personal de EPN sino todo un plan maestro), pero de olfato nada, es del mismo modo una falacia, una máscara que proyecta y que está ya planeada.

Publicado por: Von_AguilarLG | 05/12/2011 en 08:21 p.m.


Yo lo creía un intelectual serio, un periodista de verdad
Pero este post, y su entrevista a Lopez Obrador
Me dejan muy clara su impostura...
Debería sentirse avergonzado..

Publicado por: Dianne | 05/12/2011 en 08:52 p.m.


¿Qué les pasa ciudadanos mexicanos? Peña Nieto al igual que Fox, López Portillo, Miguel de la Madrid, Salinas, Cedillo y Calderón no tienen que saber de literatura pues fueron educados aunque no lo crean por la maestra Gordillo que piensa que esto no es importante para el pueblo mexicano. Tampoco tienen que saber economía para eso está el FMI que les dictará las medidas que deberan aplicar a la sociedad. Mucho menos deben saber de politica exterior ya que esa es dictada por el presidente en turno de Estados Unidos... en fin en nuestro pobre México cualquiera puede ser presidente siempre y cuando obedezca a los grupos poderosos que dominan a este mundo y si la cosa se les complica tienen a televisa a tv azteca y a "periodistas" como Pedro Ferriz, Zabludovsky, López Doriga, etc. que siempre saldran al quite y por si fuera poco tienen la bendición del Vaticano para que tengan pasaporte y visa al paraíso.

Publicado por: José Gómez | 05/12/2011 en 09:15 p.m.


Gracias por los comentarios.

Me llama la atención que quienes se muestran indignados por un político que exhibe que no lee no lean el artículo que critican. ¿Cómo podría pensarse que un artículo que dice que un candidato tiene un hueco en la cabeza, que no puede pensar ante lo imprevisto, que sigue un libreto es una promoción? ¡Por favor!

En lo que creo es que, para que la crítica sea incisiva debe ser precisa: debe ubicar el centro de lo criticable y separarlo de lo irrelevante. No creo que el examen de la política imponga una simplificación tan burda.

Lo que trato de hacer es ubicar el centro de la crítica. La candidatura de Peña Nieto tiene mucho de criticable, pero sus hábitos de lectura no son, a mi entender, lo más preocupante. Lo más preocupante de lo que salió a la luz este fin de semana es, como digo en mi artículo, que se muestre como un político incapaz de actuar ante lo imprevisto (aunque fuera previsible). Un copete en el aire. ¿No digo eso en el texto?

En todo caso, estoy convencido que la arrogancia del "letrado" puede ser tan dañina como la ignorancia.

¿Por qué se pretende que la crítica elimine el discernimiento: separar lo que debe ser distinto? Reconocer el mérito y advertir la falla.

¿Es una contradicción tratar de ver dónde hay fuerza y dónde debilidad en un candidato, Carlos?

¿Impostura, Dianne?

¿Defiendo a mi compinche, Pedro Páramo?

¿Califico el clientelismo como virtud, Francisco Javier?

Gracias, de nuevo por participar por acá.

Publicado por: jshm | 05/12/2011 en 09:21 p.m.


Recomiendo releer el artículo de hoy y revisar este otro: http://blogjesussilvaherzogm.typepad.com/el_blog_de_jess_silva_her/2011/10/ganar-en-la-resbaladilla.html

Saludos!!

Publicado por: Irad | 05/12/2011 en 09:44 p.m.


Estimado Jesús, tienes Mucha Razón. No deben subestimarse esos atributos que mencionas de Peña Nieto. No es con la memoria literaria, con la que quiere ganar la presidencia. Con esta caída al pozo, también se confirma que en México, ganan los que no leen literatura, y ese tipo de caídas son permisibles y hasta graciosas motivaciones para la burla que menosprecia. La lectura se considera -por desgracia- una cosa menor. Y lo que es grave, es que no leer ya es un atributo para los políticos a su favor. Grave. Además, México -como Peña nieto-, no solo carecemos de memoria literaria, sino no tenemos memoria histórica y pronto pasará esta graciosa caída de su majestad del copete. Saludos

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