88)
Bobby García.
(Primera de dos partes)
&.- La clase política y la burguesía asaltaron el teatro.
&.- El pueblo no tuvo butaca.
&.- Los aplaudidores y la foto con el gobernador.
El Teatro de la Ciudad sintió mil asombros por el público que como río desbordado, lo fue llenando. Desentumió sus recuerdos y los detuvo en los “años gloriosos” de los informes priístas. Desde antes de las once de la mañana sus butacas se fueron ocupando por hombres impecablemente vestidos y vistos: cabello fino y cuidado, mejillas lisas, hasta chapeadas, sin una arruga en el traje o la camisa. –muchos, tal vez, metrosexuales- El espacio se llenó de aromas frescos despedidos por lociones muy caras. Las mujeres lucían trajes de corte francés, italiano o inglés. Peinados de estéticas renombradas y jollas de muchos kilates. Una banda –sería la del estado?- alegraba el ambiente.
Llegué a las inmediaciones del teatro a las 10:30 de la mañana y observé muchos automóviles estacionados. Una camioneta entró al estacionamiento y la seguí. Me marca el alto un policía y me dice que le muestre el tarjetón de estacionamiento. Al no portarlo me informa que no puedo entrar. Recorrí las calles aledañas y todas llenas. Por fin, a dos cuadras pude estacionar la camioneta. Al llegar a la explanada observé una fila interminable de vallas azules, por supuesto, que delimitaban todo el espacio. Tomé la banqueta y fui caminando paralelamente a las vallas –le llaman “respetos”- hasta llegar a la explanada que está antes del teatro. Allí observé una carpa grande, blanca, en la que estaba una fila de tres mesas, unas muchachas y al lado derecho unos hombres vestidos de azul oscuro. Después de la carpa había como quince hombres vestidos igual, con un gafete que decía “seguridad”. Frente a la carpa estaba una muchacha con una lona rectangular con la foto de Jonathan Hernández y la palabra “justicia”. “Únete a nosotros, manifestación pacífica por la paz”. A unos cuantos metros atrás una lona muy grande con la misma foto y el nombre de Jonathan. “Justicia. Amigos testigos por favor digan quienes me mataron y les prometo cuidar desde el cielo”. Cuando pretendí pasar la carpa uno “de seguridad” me marca el alto y me dice que le muestre el pase. No traigo pero escribo en El Peninsular. Mire a las muchachas, ellas se encargan de la prensa. Llegué y me buscaron en una lista y al no encontrar mi nombre me dijeron que no podía pasar. Llegaron periodistas, algunos conocidos y les pusieron un engomado de “prensa” en la camisa y pasaron. Yo insistí y con mil evasivas me negaban el paso. Eran las 11:20. Llegó un joven vestido de negro y chaleco y con mil argumentos, ademanes, pataleos y gritos, tampoco lo dejaron pasar. Después del “filtro” de la carpa estaba el de los “de seguridad” que custodiaban unos marcos angostos por los que tenían que pasar pero antes dejar todas las prendas de metal, al estilo aeropuerto. Por el de la derecha pasaban las mujeres y solamente una dama les revisaba los bolsos al pasar el arco. Mientras trataba de pasar miré que más al fondo andaba el cínico Santoyo en sus nadadas: caminaba, volteaba, hacía ademanes, movía las manos, señalaba, en fin, se andaba haciendo pendejo, como siempre. Y los invitados del gobernador seguían llegando en fila, muy bien vestidos. Miré pasar a dos cachanías: Luis Sández, dirigente priísta en Mulegé, y al esposo de la diputada Sandra Luz. Nos saludamos. Pasaron sin tocar baranda. También paso el profesor Villavicencio, hijo del Zurdo cachanía muy conocido. Di la espalda para no saludarlo, y es que concurrió a los informes del lion y del frívolo, como perredista. Ahora, aunque vestía traje de un verde seco, trae el traje azul del PAN. Al que sí saludé con mucho gusto fue al diputado Luis Martín Pérez Murrieta, de Guerrero Negro. A las 12:05 sale del teatro un músico cargando una tuba… y yo sin poder entrar. A las 12:10 Eliseo Zuloaga me entrega una invitación, paso el segundo “filtro” y llego al tercero donde hay dos filas largas de mesas en las que hay unas hojas pegadas al frente. Las leo: “invitados del gobernador, empresarios, cámaras empresariales, asociaciones religiosas, clubes de servicios, notarios, sindicatos, universidades, instituciones de educación superior, cabildos y funcionarios municipales, funcionarios estatales, comité ejecutivo estatal, presidentes municipales, delegados federales, secretario de gobierno, presidente de partido, instituto de discapacitados, president(a) de SEDIF, invitado gobernador de Sonora, legisladores federales de BCS, magistrado y personal del tribunal superior de justicia, diputados locales, diputados constituyentes y exgobernadores.” Mi correo:raudel_tartaro@hotmail.com
PASEMOS EL RUBICÓN: Al terminar de leer las hojas no pude encontrar la invitación especial al pueblo, que es al que recurren en cada jornada electoral para pedirle el voto. No hubo acarreo porque el pueblo no tuvo butaca en la fiesta de los políticos y la burguesía. Alea Jacta Est. 16-03-12. (conclu
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