Excelsior 4 de febrero de 2011
JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Las elecciones del domingo en Baja California Sur, independientemente del resultado que arrojen, no serán un referente adecuado para valorar el escenario político y partidario previo a los comicios de julio próximo del Estado de México, además de Nayarit y Michoacán. Y no lo serán porque en realidad lo que tenemos en Baja California Sur es una batalla entre dos familias políticas, emparentadas entre sí, que desde muchos años atrás, simplemente han saltado de un partido a otro para detentar espacios de poder. El problema es que ahora se han peleado… precisamente por la distribución de ese poder.
Allí chocan el ex gobernador Leonel Cota (ex priísta, muy cercano en su momento a Ernesto Zedillo, ex presidente nacional del PRD, muy cercano luego a Andrés Manuel López Obrador, que lo hizo presidente del partido para las elecciones de 2006 ante el desconcierto de los perredistas) con su sucesor Narciso Agúndez (que en el 95 fue miembro y candidato del PAN, en el 96 se hizo del PT, para años después apoyar al PRD y ser candidato por ese partido y Convergencia). La biografía política de Cota y Agúndez (los dos de segundo apellido Montaño, primos dicen) refleja la debilidad de la estructura partidaria en el estado.
Ahora en las elecciones del domingo, la confusión puede ser aún mayor. El candidato del PAN es Marcos Covarrubias, que viene del PRD, donde fue incluso precandidato, pero no tuvo el apoyo ni de Cota ni de Agúndez. Al del PRD, Luis Armando Díaz, ex secretario de Gobierno de Agúndez, se le relaciona abiertamente con el Gobernador, quien designó como candidato al estratégico municipio de Los Cabos a su propio hermano José Antonio Agúndez Montaño, quien se enfrenta en esa ciudad a Leonel Cota Montaño, que ahora es candidato del Partido Nuevo Alianza a la Alcaldía de Los Cabos. Pero, para aumentar la confusión, Cota acaba de anunciar que apoyará, en realidad, al candidato del PRI a la Gubernatura, Ricardo Barroso. Todo indica que eso sellará la alianza del ex presidente nacional del PRD, que compite con las banderas del partido de Elba Esther Gordillo, con el PRI, en contra del Gobernador del PRD, que dicen que podría apoyar al PAN. ¿Así o más claro?
La ruptura del PRD comenzó en septiembre de 2010, cuando el dirigente estatal Adrián Chávez Ruiz, informó que se cancelaba la consulta con la que se elegiría a los candidatos. El primero en salir del partido fue Cota Montaño, quien quería ser postulado para la Alcaldía de Los Cabos. Acusó a la dirigencia del PRD por secundar la imposición de candidatos del gobernador Agúndez. Algo de razón tuvo, porque el postulado fue el hermano del Gobernador en funciones. Desde entonces Cota se convirtió en el abanderado de Nueva Alianza en Los Cabos.
El PAN también cosechó de la ruptura perredista. Junto con el partido local Renovación Sudcaliforniana conformaron la coalición Alianza es Contigo. Casi todos sus candidatos son ex perredistas: a Marcos Covarrubias, ex presidente municipal de Comondú, le entregó la candidatura al Gobierno estatal; a Arturo de la Rosa, ex presidente de la Gran Comisión del Congreso local, le tocó la candidatura a la Alcaldía de Los Cabos, mientras que a Héctor Ibarra, un importante operador de Covarrubias, el municipio de la capital, La Paz. A Venustiano Pérez, otro ex diputado local perredista le dieron la candidatura de Comondú. La candidatura al Municipio de Mulegé fue para el ex priísta Humberto Mayoral, y la Alcaldía de Loreto es para único panista postulado en las listas del PAN, Rodolfo Davis.
Nadie sabe con certeza qué pasará el domingo, lo único cierto es que, gane quien gane, una vez más, no serán los partidos los triunfadores: es una lucha entre caciques y entre ellos se repartirán el poder.
Generales asesinados
El general Manuel Farfán Carriola, quien había asumido el pasado 1º de enero la jefatura de la Policía de Nuevo Laredo, fue asesinado el miércoles en la noche, luego de ser emboscado a unas cuadras de sus oficinas. Existe la sospecha de que fue entregado por policías locales. Venía de ser jefe de Policía en Michoacán. Llama la atención que el mismo día, pero dos años atrás, fuera asesinado pero en Cancún, otro general, éste de mayor rango y que acababa días atrás de pasar a retiro. También venía de Michoacán, pero de encabezar la zona militar. Era el general Mauro Enrique Tello Quiñones, secuestrado y asesinado por los propios mandos policiales de Cancún y Quintana Roo la misma noche en que fue presentado, en un restaurante de Cancún, a quienes serían, se suponía, sus colaboradores y subalternos. El secuestro se dio en el estacionamiento del restaurante, la tortura en la cárcel municipal de Cancún, sus restos fueron arrojados en la autopista a Mérida. El crimen sigue, en buena medida impune. En la Procuraduría local están muy ocupados con Kalimba.
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