jueves, 16 de septiembre de 2010

Es un nombre muy amable, Enrique


La historia en breve

Ciro Gómez Leyva

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  • 2010-09-16•Al Frente
Comenzó a circular el libro de Enrique Krauze, De héroes y mitos. En el capítulo “Las generaciones políticas del siglo XX”, el autor propone un nombre para referir a la generación de los políticos nacidos entre 1950 y 1965, que hoy gobiernan México, están en el Ejecutivo, el Legislativo y son dueños de los partidos.
¿Cómo llamarla?, pregunta. “Tal vez Generación de la Modernidad Fallida”, responde enseguida. No me gusta el nombre, es muy amable. Prefiero el de Generación del NO, que expuso Federico Reyes Heroles. Aunque seguiré manejando el que he usado en este espacio: Generación del fracaso. Tres denominaciones, a fin de cuentas, para el mismo desencanto.
Luego de analizar a la generación fallida-del no-y el fracaso, Krauze apunta a la herencia que dejarán a la siguiente generación, la Generación X (nacida entre 1966 y 1980): “Imaginemos a un hombre de aproximadamente 35 años. Para él, el movimiento estudiantil del 68 es una épica que no quiere repetir; pasó su infancia en medio de la crisis (82,88), abrió los ojos horrorizados con el asesinato de Colosio; se llenó de esperanza con la transición política, se ilusionó con la campaña de Fox, se desilusionó con la gestión de Fox (…) Ha vivido este sexenio en vilo. No se reconoce en los partidos y tiene una visión muy crítica tanto del gobierno como de la oposición. ¿Qué debe hacer? Una opción es confiar en los representantes de su propia Generación X, que ocupan ya cargos públicos y pueden ser contendientes para el 2012. Pero es difícil creer en ellos si nadie sabe, en concreto, qué país quieren. ¿Lo saben ellos?”.
Seguramente no, Enrique. Confiemos que es por el polvo tan espeso que deja la generación Fox-López Obrador-Beltrones-Calderón-etcétera; la “de la modernidad fallida”.
Y que pronto se disipará.
gomezleyva@milenio.com

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