CASA LLENA

En términos estrictamente periodísticos era una nota de primera plana. Un foro sobre las tendencias periodísticas y la libertad de expresión en BCS, convocado por el Colegio de Comunicadores Sudcalifornianos, no se da todos los días en estos tiempos oscurantistas.

Sobre todo un evento como el del miércoles por la noche en la Alianza Francesa, cuya sede se vio desbordada por una nutrida asistencia, integrada mayoritariamente por jóvenes. Algunos de ellos ya integrados a la propuesta Alianza por la Democracia y la Cultura (ciudadana), movimiento de opinión…y de acción(añadió Morgan) confabulado con los comunicadores colegiados. .

Pero nada...

Ni siquiera, como un gesto de solidaridad gremial, alguna croniquilla de sociales: “Martita del Riego y Rafael Payén, directivos de CCS, lucían radiantes, sorprendidos por su poder de convocatoria…Había casa llena, del patio a la banqueta. El maestro, Rubén Sandoval, el anfitrión, hombre de mundo curtido en cocktail parties y coolty after hours,, compartía en petite comitè su vino blanco italiano mientras, excitado por aquella energía social ebulliciente, delicadamente subversiva, exclamaba evocando su mejores años parisinos:”!!Ah la la!!..”

Pero no es esta clase de prensa a la zaga de la sociedad la que determinará la trascendencia o intrascendencia de las palabras y los hechos. La opinión publicada, distorsionada por la consigna del “si no pagas no sales”, no corresponde a la verdadera opinión pública, que es la que nos interesa

Claro que entendemos el brillo de la ausencia mediática, que ciertamente, diría Fox, no será de las que triunfen como la del ripioso bolero. No podrían dar la nota de su propia picota: Columna en la que se exponía la cabeza de los ajusticiados, o los reos a la vergüenza.

Compartí mesa con los colegas y amigos, Tulio Ortiz, director de la revista La Tijereta, Jesús Taylor, reportero y conductor del Canal 10, y Cuauhtémoc Morgan, director del diario digital, Colectivo Pericú. Y cada “loco”- en el sentido erasmista(Elogio a la locura)- con su tema. Un muestrario de experiencias diversas, de trayectorias distintas, incluso disímbolas en algunos aspectos, pero con un punto de encuentro: la necesidad de ensanchar nuestro horizonte mediático aprendiendo a escuchar mejor lo que dice la sociedad, dándole voz a los que no la tienen y desfallecen de asfixia sin representación en los partidos, los gobernantes, los medios.

Y cuando hablamos de los sin voz, no nos referimos únicamente a los sectores más vulnerables de la sociedad, carne de cañón del clientelismo electorero que avala y recicla la mediocridad de la “clase” política. Incluimos también a otros grandes excluidos: las clases medias, entre las que se cuentan los segmentos más ilustrados, los nichos o vetas intelectuales, donde se gestan las ideas que generan proyectos .

Esta ciudadanía con la más alta escolaridad- comunidad académica humanística y científica-, no tiene presencia alguna en los espacios editoriales locales. Así, la crítica social, el análisis político, ha quedado en manos menos calificadas. Lo que favorece la simbiosis con el analfabetismo ya disfuncional de la “clase política”.
Prensa y poder, dos caras de la misma desgastada y devaluada moneda..
Tan decadente como ese Centro Estatal de Radio y Televisión, financiado con dinero público, convertido en un instrumento propagandístico, de culto a la personalidad del “Ingeniero”. Uno de nuestros espacios públicos secuestrados, sin el menor respingo de las “oposiciones”. Como el panismo partidario no existe entre nosotros, al igual que el resto de las franquicias electoreras, el reclamo se centraría en el PRI, que no puede por razones ontológicas atentar contra su propia herencia patrimonialista.

Es decir, está genéticamente negado a la autocrítica, y por lo tanto, a la posibilidad de construir una credibilidad más sólida que el engelado copete de Peña Nieto y la tablita trepadora de la horda de surfers que buscan montarse en la cresta de una todavía hipotética OLA hacia la orilla del 2012.

Esta falta de sustancia crítica y autocrítica, de una “memoria conceptual”(Monsiváis, dixit), determina la vacuidad o ausencia de discurso, y la propagación de una peste, una enfermedad tanto del lenguaje político como del periodístico: la declaracionitis. ¿ A quiénes creen que se dirigen nuestros Inmortales del Momento político? ¿ A qué clase de interlocutor?

Por lo que se deja ver , se dirigen a un tipo humano idiotizado, incapaz de detectar la invalidez de sus palabras. Se dirigen, todos sin excepción, al cliente, a la clientela lumpenizada que cambia su voto por dádivas en cada “coyuntura” electoral, para luego volver a su inexistencia política, social, ciudadana el resto del calendario. Un crimen de lesa humanidad.
La otra cara de la moneda, la de la nueva Sudcalifornia en ciernes, la que tarde que temprano terminará por limpiar la casa de todos, fue la que se dejó ver la noche del miércoles alrededor del fogón del debate, del diálogo, de la catarsis colectiva en el espacio liberado..

Conquistado por una ciudadanía en pleno proceso creativo en diferentes pistas. Ante la urgencia de nuevos liderazgos sustentados en nuevas formas de hacer y concebir la política. Que desplacen al basurero de la historia, o la historieta, a esos pobres diablos con iniciativa que creen que la Política es una actividad o un negocio inventado exclusivamente para ellos.
En mi más reciente encuentro con MR EX, el Tony Manríquez, al despedirnos le pedí me apuntara su número telefónico. Ninguno de los dos traíamos pluma.

-Andamos desplumados- le dije.
- Sí, pero tú eres periodista y yo soy político-respondió echándome la bolita con lógica aparentemente implacable.

Pero se vuelve a equivocar mi estimado Tony. El hecho de que Manríquez no conciba otras formas de hacer política mas que la suya, no quiere decir que no existan. Su anacronismo no le permite ver que le están pasando por encima. Pero no está solo en ese penoso “fuera de lugar”(ya viene el Mundial) histórico. Por algo, ninguno de los actores políticos en el candelero, se arrimó al fogón del ejercicio democrático celebrado el miércoles por la noche en la AF.



CASA DE CITAS.-“No es casual que sea un poeta el autor de uno de los documentos fundacionales en la defensa de la libertad de expresión. Me refiero a John Milton, y su discurso de 1644 ante el parlamento inglés: su Areopagítica, nombre tomado del alegato de Isócrates a favor de la restauración del consejo del Areópago ateniense, un tribunal de juicios reales y simbólicos” . Del texto leído por el de la VOX en el foro del miércoles.