MAYO 7 DE 1910 EN GUADALAJARA

Acentos

Jesús Gómez Fregoso

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• 2010-05-07•Acentos

La noche del 7 de mayo de 1910, Panchito Madero candidato a la presidencia de la República por parte de el partido Antirreeleccionista, tomó el tren de México a Guadalajara, acompañado por su fiel esposa Sarita Pérez de Madero (Sarape de Madero, como decían sus enemigos), de Roque Estrada, de Jesús Munguía, Pedro Galicia y Elías de los Ríos. No sé si por aquellos años existía ya la estación de Buenavista; pero, como haya sido, Panchito tomó el tren hacia Guadalajara. No me extrañaría que existieran los mismos carros Pullman en los que tanto viajé de 1950 a 1970. Cedo la palabra a Roque Estrada para que nos cuente lo que pasó al día siguiente: “El 8 de mayo, al arribo del tren, en la estación (de Guadalajara) y en la inmediata amplía plazuela hacía oleajes una muchedumbre compacta, y los vítores y aclamaciones al Candidato, al contendiente de Díaz, fueron incesantes, en el trayecto, por la calle San Francisco (actual 16 de septiembre) hasta el Hotel Francés. A los pies de los balcones la muchedumbre formó un block, que oscilaba en el cubo de la calle, cerca de 10 mil personas, y la palabra del Señor Madero cayó sobre las cabezas descubiertas y las aclamaciones de un pueblo respetuoso y entusiasta. Por la tarde, un mitin en la huerta de la calle del Pavo. Mis compañeros regresaron a México y yo permanecí setenta y dos horas más, con el objeto de concurrir a la instalación de algunos clubs, entre ellos el ‘Miguel Hidalgo’, que celebró su sesión inaugural en un salón situado en la calle Pedro Moreno” (La Revolución y Francisco I. Madero, pp.223-224).

Antes de abordar el tren a Guadalajara, Madero, el mismo día 7 había escrito cinco cartas entre ellas una a Aquiles Serdán y otra a Benjamín Hill; fueron días de mucha actividad epistolar. De la correspondencia de esos días destaco una carta del 2 de mayo a Don Francisco Madero Sr. “Muy querido papacito, verdaderamente no podemos menos de reconocer en todos nuestros actos la mano de la Providencia, pues, por lo que me dices, veo que todas las dificultades que podían presentársenos se han allanado. Ojalá y vendan la explotadora y también Gustavo pueda realizar los bonos del Ferrocarril que le dejarían muy buen dinero. Si estas dos operaciones se llevan a cabo, la situación financiera de toda nuestra familia sería inmejorable. La circunstancia de que hasta ahora hayamos salido ilesos de todos los ataques de nuestros enemigos y que todas las maquinaciones contra nosotros hayan fracasado, ha superado a las esperanzas que yo me formaba cuando principié la campaña, pues recordarás que alguna vez te dije que no tenía muchas esperanzas de llegar a la Convención sin que hubiera sufrido algún atentado…Yo creo que la Nación no se ha dado aún cuenta de la situación…Comprendo que esto no es fácil, pero como hasta ahora todos los acontecimientos han sobrepasado a mis esperanzas y no he tenido ningunas decepciones en ese sentido, esta serie de acontecimientos favorables y la circunstancia de haber pasado por lo más difícil que era el periodo de organización, me hace esperar en el próximo triunfo; pues este movimiento está tomando los caracteres bien marcados de un movimiento nacional, y movimientos nacionales de esta naturaleza tienen una fuerza irresistible.”

Poco después, el día 10, en Valladolid, Yucatán, se firmó un plan: “los que abajo suscribimos nos hemos reunido espontáneamente para acordar las medidas indispensables y urgentes, a fin de evitar que el Estado sucumba en manos de un gobierno déspota y tirano, gobierno formado por una sola familia de esclavistas cuya única ambición es apoderarse de las principales riquezas del país, y reducir al sufrido pueblo a braceros de sus ricas propiedades…Considerando las grandes imposiciones que hace treinta años pesan sobre las pequeñas fortunas de la generalidad de los yucatecos; impuestos y contribuciones onerosos que solo han servido y sirven para enriquecer y consolidar en el poder a hombres indignos que escudados en su grandeza miran con desprecio e insolencia al sufrido pueblo; a este pueblo valiente y digno de mejor suerte, cuyos esfuerzos para hacerse grande se estrellan ante la despótica tiranía del actual gobierno, se desconoce al actual gobierno…por ilegal, en virtud de no haber sido sancionado por el pueblo soberano”.