Colombia transita

29-May-2010

Hemisferios Políticos

Gemi José González

Mañana se celebrará la primera vuelta electoral de la elección presidencial en Colombia. Dos candidatos fuertes se disputan este difícil cargo. Por un lado, el oficialista Manuel Santos, ni más ni menos que ex ministro de Defensa en el gobierno saliente de Álvaro Uribe; y por el otro, el opositor Antanas Mockus, quien fuera alcalde de Bogotá y transformara la ciudad en una urbe relativamente segura, moderna y con la infraestructura suficiente para ser funcional.

Las aspiraciones reeleccionistas de Uribe (para ocupar un tercer mandato) se vieron frustradas cuando una decisión de la Corte Constitucional de su país, le impidió violar el mandato vigente al prohibirle volver a ser postulado.

Así, la derecha colombiana tuvo que buscar entre sus halcones a alguien que se asemejara, en la medida de lo posible, al perfil del mandatario, así como a la agresiva línea de acción que ha caracterizado su administración. Nadie mejor que su brazo derecho en el combate al narcotráfico y a la guerrilla fuerte de Colombia: las FARC.

Durante su mandato, Manuel Santos se caracterizó por la mano dura requerida por su jefe y por lograr algunos éxitos indiscutibles, como la liberación de la ex candidata presidencial IngridBetancourt, en la acción de inteligencia militar denominada Operación Jaque. Sin embargo, también estuvo al mando en momentos críticos, como la invasión ilegal a territorio ecuatoriano en el tristemente famoso bombardeo donde se vieron involucrados algunos de nuestros connacionales.

Así, además del presidente de Ecuador, Rafael Correa, y de los mandatarios que integran la Alianza Bolivariana, diversas Organizaciones No Gubernamentales, grupos progresistas y defensores de derechos humanos han criticado severamente la gestión de Santos al frente del mencionado ministerio.

Por otro lado, el experimento por copiar un perfil similar y belicoso como el de Uribe, parece que no ha convencido a los electores. La mayoría de las encuestas indican que el candidato de la derecha no obtendrá la mayor votación en las urnas, e incluso que en la segunda vuelta (que se celebrará el próximo 20 de junio) también tendrá un resultado negativo. Es por lo menos paradójico que la parafernalia construida en el gobierno de Uribe, en cuanto al combate al narcotráfico (sólo las rutas y el discurso cambiaron al sellar su frontera norte) no se haya traducido en un voto ciego y masivo para su delfín.

Por otro lado, Antanas Mockus, ha planteado su propia estrategia sobre el combate a la inseguridad. El cambio de estafeta significa darle un sentido de legalidad a las acciones gubernamentales en todos los ámbitos. Además su elección pronostica tener mucho mejores relaciones con sus vecinos y con el subcontinente en general. La presión que al respecto mantiene el actual régimen es completamente innecesaria.

Otro de los matices interesantes de su administración deberá ser indudablemente el nuevo entendimiento con Estados Unidos. Con quienes está pendiente construir una relación más equilibrada y mucho menos entreguista que la de esta administración.

Así, ha de festejarse a los electores colombianos, que al tener enfrente una opción seria y viable con una visión alternativa en la forma de gobernar y atender a los complejos problemas que aquejan a Colombia, han mostrado una madurez política sorprendente, que probablemente la derecha no volverá a soslayar, en elecciones futuras.